(EFE). Irán no participará en la próxima edición de los Óscar como protesta por la falta de respeto al Islam en Occidente.
Asghar Farhadi y el actor Jodaeiye Nader Az Simin posan tras ganar el Oscar a mejor película extranjera por “A Separation”.
Según una propuesta del ministro de Cultura y Orientación Islámica, Mohamed Hoseini, se ha planteado el boicot a los Óscar en el Festival de Cine de Resistencia, al que asisten cineastas que apoyan movimientos antioccidentales, y donde ha obtenido el respaldo de los realizadores iraníes cercanos al régimen para “evitar insultos al Islam”.
Los medios occidentales, según el ministro, “han faltado al respeto al Islam”, por lo que han decido “no participar en los Óscar para protestar ante este acto insultante de parte de Estados Unidos”.
Este boicot se produce después de que la producción iraní A Separation (“Nader y Simin, una separación”), del director Asghar Farhadi, lograra el pasado febrero el Óscar en la categoría de mejor película de habla no inglesa, con lo que se convirtió en la primera cinta de esa nacionalidad en ser galardonada con esa estatuilla.
Además, Hoseini ha pedido, a través del sitio web del Ministerio de Cultura y Orientación Islámica, a los medios de comunicación de los países islámicos que, “con una posición agresiva, desafíen los fundamentos intelectuales de Occidente”.
Irán ha sido escenario de diversas manifestaciones desde que se difundiera por internet, desde Estados Unidos, una película satírica sobre Mahoma y tras la publicación, la semana pasada, de unas caricaturas de Mahoma en una revista satírica francesa.
La más masiva tuvo lugar el pasado 14 de septiembre, cuando miles de personas se manifestaron a la salida de la oración del viernes en Teherán con consignas en contra de EEUU e Israel.
El pasado 17 de septiembre el líder supremo iraní, ayatolá Ali Jamenei, reiteró su condena por la difusión de la película “La inocencia de los musulmanes”, considerada “blasfema” por el mundo islámico.
Jamenei explicó que Estados Unidos y los países occidentales utilizan como excusa la libertad de expresión para permitir lo que consideró blasfemias contra el Islám, pero aseguró que esas afirmaciones son falsas.
Fuente: El Comercio
