Quienes creían que el juez más despiadado de “Yo soy” es así de ruin en la vida real, se equivocan. Ricardo Morán está viviendo su momento de mayor reconocimiento popular, pero es algo que todavía no termina de procesar, pues la fama es algo que aún no termina de digerir.

Productor del “reality” de imitación dice que le encantaría cantar, pero reconoce que no tiene talento para hacerlo.

¿Pensaste que “Yo Soy” iba a tener el éxito que ha obtenido este 2012?
No. Cuando uno hace un programa de TV es como si construyera un barquito de papel: trata de doblar bien los bordes para que no se hunda cuando le toque naufragar. Cuando lanzamos “Yo Soy” pensé que nos iba a ir “correcto” y cuando salió al aire despegó como un águila.

¿Cómo ha cambiado tu vida este programa?
Siempre he estado detrás de cámaras y ahora que estoy al frente la gente se acerca a saludarme en la calle para felicitarme o expresarme su admiración. Lo más complicado ha sido manejar el impacto de los anónimos que a través de las redes sociales envían insultos a mi cuenta porque su favorito no calificó.

¿Cómo haces cuando alguien te declara su odio?
Lo bloqueo, vivo en el mundo feliz. Tengo cerca de 1.000 bloqueados (risas).

¿Si tuvieras que imitar a algún artista, a quién elegirías?
No canto, no bailo, no tengo la voz afinada, pese a que tengo buen oído. Entonces no tendría francamente a quién imitar, no podría.

¿Te hubiera gustado ser cantante?
Me encantaría. Varias veces le he dicho a la profesora de canto “ya, arréglame la voz”. Pero eso requiere de un talento que carezco. Si hiciera una audición para “Yo Soy” me eliminaría a mí mismo (risas).

¿Eres así de malo, de rudo, de sarcástico como se te ve en la tele?
Puedo ser así de duro, pero todas las personas tenemos muchas facetas. Digamos que es una versión exagerada de mi personalidad. En este caso el papel del jurado no es preocuparse por la autoestima del concursante ni ser docentes. A nivel personal no soy así.