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Japón amenaza con “medidas firmes” si China desembarca en las Senkaku

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El primer ministro japonés, Shinzo Abe, dijo hoy que Japón adoptará “medidas firmes” si navíos chinos intentan desembarcar en las disputadas islas Senkaku/Diaoyu, administradas por Tokio y reclamadas por Pekín.

Senkaku

Primer ministro japonés dijo que la guardia costera japonesa debe impedir la entrada de barcos chinos en las islas y que sería ´natural´ que se aplicara la fuerza.

Abe explicó, durante una sesión parlamentaria, que la guardia costera japonesa debe impedir la entrada de barcos chinos en las islas y que sería “natural” que se aplicara la fuerza en el caso de que desembarcaran.

Horas antes, el Ministerio de Exteriores nipón realizó una protesta formal y convocó al embajador chino en Japón tras producirse hoy la entrada de ocho embarcaciones chinas en aguas de las disputadas islas.

Los ocho buques entraron en aguas del pequeño archipiélago hoy hacia las 08.00 hora local (22.00 GMT del lunes), lo que supone la entrada del mayor número de barcos desde que se elevó la tensión en las disputadas islas, mientras que otros dos se mantuvieron en la zona contigua, informó la cadena nipona NHK.

En este sentido, Abe dijo que “Japón nunca permitirá el desembarco”, al tiempo que consideró como algo “natural” para el país “expulsarles por la fuerza” en el caso de que dichas embarcaciones chinas lo hicieran.

Las incursiones de embarcaciones chinas a las aguas de las islas son muy frecuentes, y la de hoy ha sido la número 40 desde el pasado septiembre, según ha contabilizado Tokio.

La tensión entorno a las islas Senkaku se elevó el pasado mes de septiembre, cuando Japón compró a su propietario privado tres de las cinco islas del deshabitado archipiélago, situado en el Mar de China Oriental y de apenas 7 kilómetros de extensión.

Se cree además que la zona en la que se encuentran las islas, cuya soberanía también reclama Taiwán (que las llama Diaoyutai), podría albergar importantes reservas de hidrocarburos.

Desde entonces, el conflicto ha provocado que las relaciones entre la primera y la segunda economía de Asia se hayan deteriorado, lo que ha afectado también a los intereses económicos de Japón en China, su primer socio comercial, y provocado manifestaciones antijaponesas.