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Brutal violación a una joven pone en jaque a la India

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Un policía indio falleció hoy a consecuencia de las heridas que sufrió el domingo durante las protestas debidas a la de indignación que sacude Nueva Delhi desde hace una semana, cuando una joven fue violada en un autobús.

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El primer ministro indio, Manmohan Singh, afirmó que los disturbios contra la violación están justificados, pero que la violencia no ayudará a solucionar nada.

El agente Subhash Chand Tomar murió a las 06.40 hora local (01.10 GMT) en el hospital Ram Manohar Lohia de la capital india, debido a los golpes recibidos cerca de la céntrica Puerta de la India, señaló a Efe el portavoz de la policía local, Rajan Bhagat.

“El agente, de 47 años y padre de tres hijos, se encontraba desde el domingo con respiración asistida y en estos momentos hay una investigación policial en curso para aclarar lo sucedido”, afirmó Bhagat.

Según fuentes policiales recogidas por medios locales, Tomar fue golpeado y pisoteado por los manifestantes cuando cayó al suelo y aunque el domingo fueron arrestadas ocho personas relacionadas con el incidente, éstas fueron puestas en libertad el lunes.

Médicos del hospital Ram Manohar Lohia indicaron a la agencia local IANS que el agente falleció debido a problemas respiratorios y cardiovasculares provocados por el ataque, pero aclararon que necesitan esperar a la autopsia para conocer las causas exactas de su muerte.

El hijo mayor de Tomar, Deepak, narró al canal NDTV que se enteró de que su padre había resultado herido cuando al ver los disturbios por televisión intentó llamarle al teléfono móvil y respondió otra persona, que le comunicó que estaba siendo trasladado a un hospital.

Como señal de respeto hacia la primera víctima mortal relacionada con las manifestaciones, la policía capitalina decidió que todo el personal del cuerpo policial de delhí donará un día de su salario a la familia del agente fallecido, según recoge la agencia PTI.

En las manifestaciones del fin de semana, las más graves desde el inicio de las protestas, se registraron cargas policiales contra miles de manifestantes que pedían una mayor seguridad para las mujeres y la pena de muerte para los violadores.

Las fuerzas del orden emplearon bastones y cañones de agua para dispersar a los manifestantes, congregados en la céntrica plaza de la Puerta de la India y frente al vecino palacio presidencial de Rashtrapati Bhavan, protegido por un fuerte cordón policial.

En los altercados de la Puerta de la India resultaron heridas 143 personas, incluidos 78 policías, según afirmaron fuentes policiales a IANS.

El primer ministro indio, Manmohan Singh, afirmó ayer en relación a esos disturbios que “es genuina y justificada la rabia y la angustia mostrada (por los ciudadanos) contra la violación”, pero que “la violencia” no ayudará a solucionar nada.

“Me siento muy triste por los choques registrados entre la policía y los manifestantes, y espero que todos los ciudadanos mantengan la paz y la calma”, señaló Singh, quien añadió que, como padre de tres hijas, se siente tan preocupado como ellos.

Desde hace una semana se han sucedido las muestras de indignación en Nueva Delhi por el asalto sexual el ante pasado domingo de una joven por seis hombres en un autobús, cuando regresaba a casa tras acudir al cine con un amigo.

La pareja fue golpeada y luego arrojada a la carretera desde el vehículo en marcha y aunque los dos tuvieron que ser hospitalizados, solo ella continúa ingresada en situación “muy grave”, según fuentes hospitalarias.

Los seis implicados en la violación -incluido el conductor del autobús- han sido detenidos.

El Ministerio indio de Interior anunció ayer en un comunicado que el Gobierno ha decidido constituir un comité de juristas para “enmendar” la ley criminal, con la intención de que los implicados en crímenes sexuales reciban “un juicio rápido con penas más duras”.

La Oficina Nacional de Registro de Crímenes reveló en 2011 que cada 20 minutos una mujer es violada en la India.

En solo uno de cada cuatro casos, no obstante, el violador es condenado debido a la negligencia y la corrupción en el cuerpo policial, lo que para analistas locales explica la ola de indignación popular que ha desatado el caso.

Fuente: RPP