El presidente chileno, Sebastián Piñera, se reunirá con Barack Obama el martes en la Casa Blanca y tiene contemplado abordar una serie de temas, entre los que podría incluirse el juicio entre Chile y Perú, que se desarrolla en la Corte Internacional de Justicia de La Haya.

Esta medida se debe a que, según el Tratado de Límites Terrestres de 1929, el presidente de EE.UU puede ejercer el papel de árbitro en el juicio de Chile y Perú.

Esto se debe a que, según fuentes de Cancillería, EE.UU podría tener un rol en el proceso, dependiendo de cual sea el fallo de la corte, resolución que sería dada a conocer a mediados de junio y que tiene un carácter inapelable.

Esta media sería llevada a cabo dado que se baraja la posibilidad de que el tribunal pueda traspasarle la decisión a EE.UU para que ejerza como árbitro en la demanda de Lima a Santiago para lograr un cambio en la delimitación marítima – contenida en los tratados de 1952 y 1954.

MARCO LEGAL

La eventualidad de que el gobierno estadounidense tenga que jugar un papel en el diferendo entre Chile y Perú, está dispuesta en el Tratado de Límites Terrestres de 1929, firmado entre ambos países.

En el artículo 12º se señala que en el caso en que los dos gobiernos “no estuvieran de acuerdo en la interpretación que den a cada una de las diferentes disposiciones de ese tratado, y en que, a pesar de su buena voluntad, no pudieren ponerse de acuerdo, decidirá el Presidente de los Estados Unidos de América la controversia”.

Esa opción sería posible si es que el fallo del tribunal concediera, aunque sea parcialmente, la demanda sobre el límite marítimo interpuesta por Perú, trazando una línea equidistante desde el Hito 1 (línea de base chilena), y no desde el Punto 266 o Punto Concordia (línea de base peruana).

Lo anterior podría afectar la delimitación terrestre, dejando un triángulo de tierra sobre el que la corte podría declararse incompetente. En ese caso, al tratarse de una materia relativa exclusivamente al Tratado de 1929, EE.UU. podría tener que resolver.